Sirenas gordas

En vez de mangar ideas de entradas de con-bloqueros como antes ya cojo inspiración de comentarios que hizieron en los blogs de otros y quiero dedicar la redación de hoy a sirenas gordas.
No voy a entrar en la dicusion de la constitución física feminina preferida frente el tiempo verenal como el titulo podría sugerir, sino hablaré de un sitio en la costa pacífica mexicana donde se pueden comer los mejores tacos de marisco del mundo.
Hace cuatro años, aún sin hija y libre como el viento decidimos de escapar del invierno inglés para unos días y nos fuimos a Mexico. Los primeros días nos alojamos, muy pendientes, con unos amigos en D.F. Ignorando el consejo que dan a la gente nord-europeo con aspecto de asperina ajustada con respecto del color de su piel, nos pasamos el día antes de coger el autobús (o mejor tomar, como nos explicaron nuestros amigos mexicanos) a la costa, paseando sin gorro en Xochimilco en pleno sol a 2,200 m de altura. Claro que me cogió una insulación en condiciones, pero para no perder el dinero que ya pagamos para el billete del autobús fuimos, por la noche, unos ocho horas que pasé vomitando en vez de durmiendo.
Llegado a Zihatanejo fuimos a nuestro hotel que me tenía un aspecto bastante descuidado que contaba con un mexicano, con aspecto en linea con su hotel, con sombrero, un bigote y un cigarillo en los labios. No sé si eso era una halucinación relacionada con mi estado o si es verdad pero en mi memoria aparecen monos salvajes por el hotel. El hombre no sabía nada de nuestra reserva, o de la confianca que pagamos desde Inglaterra hace unos semanas. Llamamos el número que tuvimos con la reserva y aperecen los dueños en la linea que nos cuentan que sí saben de la reserva pero que el hotel lamentamente ya no es el suyo. Resulta que, según ellos por lo menos, el gobierno local hizo unos trampas y despues de que ellos acabaron renovar el hotel que es construido en tierra publica alquilada decidieron que es illegal tener un hotel alli y se lo quitaron y pusieron un vigilante en la recepción que pasaba el día fumando y negar informaciones a la gente que viene con reserva. Empezamos bien.
Vale para hacer la historia un poco mas corta para que puedo seguir trabajando: los dueños eran muy guais y nos ayudaron buscar un hotel super bonito para un buen precio ademas y pasamos los dias comiendo tacos de marisco en la sirena gorda, buceando, tomando el sol y los mas cosas que hacen a un verano un verano. Fin.