Ya se han acabado las vacaciones pasando por Andalucía, Extremadura y Galicia.
Después de haber pasado el último verano en otro país volvimos a veranear por estas tierras.
Paseando por las calles soleadas del Puerto de Santa Maria con el olor al Fino omnipresente, tomandonos raciones de pascaíto frito con un tinto de verano en las terazas del Romerijo, yendo a la playa todos los días disfutando el sól con una brisa marina y el agua salado. Los toros no salieron bien esta vez nos dieron un tour del museo taurina privado con demonstración de la suerte ‘a recibí’ del señor de 60 años incluido. La tierra seca y caliente de Extremadura en Agosto, dónde la vida empieza después de la puesta de sol y Galicia, refrescante, bañandonos en el Miño, paseando los tardes con buenos amigos de muchos años y la familia hinchandonos de pulpo y percebes.
El año que viene volveré, es el país donde hay que veranear no hay otra opción posible.
