Saturday 9 February 2008

Mi príncipe azul

Cuando vivíamos en Inglaterra trabajaba en un centro de investigación de bastante importancia, el centro nacional (inglés) de oceanografía. Un día tuvimos un evento organizado por la academia nacional (inglesa) de ciencia. Es que los ingleses no ponen 'inglés' en los nombres porque son un poco megalomaniacos y suponen que no hace falta. Me invitaron a presentar mi trabajo en el evento. Quise creer que era porque era bueno, pero igual era porque mis jefes de entonces estaban bien conectados y no tuvieron mejor idea que ponerme a mí al frente de su ciencia.

El evento consistía en ciencificos presentando sus trabajos a los invitados delante de unos pósteres y después una cena chula.
El invitado más famoso era nada menos que el Príncipe Felipe, el marido de la Reina Isabel II.
Antes nos mandaron un email explicando que teníamos que hacer. La cosa más importante era que teníamos que llamarle al Principe 'your royal highness' la primera vez que nos hablaba y después sólo 'sir'. Con esto en la mente esperé delante de mi poster lleno de ciencia bastante importante.
Primero llegaron unos policías con perros entrenados en encontrar explosivos (o ciencia de poca importancia). Como no encontraron nada ni en mí ni en mi póster llegó el príncipe. Tenía un poco de miedo porque tiene fama de ser un poco políticamente incorrecto y de que no le gustan los extranjeros. Así que pensé que va a hacer una broma sobre mi acento alemán. Claro que me olvidé de llamarle 'your royal highness' y le llame 'tú', ya que en el inglés no existe el usted (otros dicen que el 'you' en inglés significa usted y no existe el tú). Me preguntó que hacía en mi trabajo y yo se lo expliqué largamente, pues él me había preguntado. Tuve la sensación de que realmente tenía interés y me hizo algunas preguntas inteligentes, más inteligentes incluso que las que suelen hacerme en algunos congresos y se fue sin haberme insultado, igual porque no se enteró de que soy alemán o porque él tambíen tiene raíces alemanas.
Ahora puede morirme tranquilo porque el Príncipe Felipe sabe qué hago en mi trabajo. Aunque yo todavía no tengo muy claro qué hace él en el suyo.

El chico con las gafas de sol es el guardaespaldas, no hubiese estado más claro si se hubiese tatuado Kevin Costner en la frente.

10 comments:

Pink Floyd said...

Yo una vez le enseñé una instalación experimental a Marcelino Iglesias, el presidente de esta nuestra comunidad de aragón, cuando vino a visitar el INA. El día anterior también vinieron perros y un tipo muy desagradable de protocolo, quien nunca olvidaré como me dijo "esto habrá que recogerlo un poco eh?", como si yo fuera un mierdecilla cuyo cometido en la vida era adornar los laboratorios para el presidente. Luego el presi fue más simpático que su esbirro. Esa noche no pude disfrutar contando la anécdota pq ese mismo día un amigo había conocido al Rey, y claro, mi affair con el presidente autonómico se quedaba en una minucia.
El indio este que aparece en primer plano quién era?, al que fingías hacer una foto cuando en realidad apuntabas a philp.
En lo tocante al "usted", en una de mis otrora intensivas clases de alemán me explicaron que la forma "tú" en inglés era "thou", y que había desparecido en favor del "usted" que es "you". Thou se declinaba como en alemán, thee (dich) para acusativo y thy (dir) para dativo. También me contaron que "whom" es el dativo de "who", así que parece que vosotros los pueblos bárbaros compartisteis una lengua común ;-)

Nat said...

Ays, pero qué amigo más internacional tengo!!!! Y tan bien conectado!!!!

Tu cara en la fotografía, es de interes, o aburrimiento?
jejeje, porque parece que estuvieras pensando a tus adentros... Por qué no se da la vuelta y me deja con mi poster tranquilo..."


No, hablando en serio, qué buen relato, y dejame felicitarte por tu español,que está cada día más fenomenal!
Un beso de quién aún busca a su príncipe azul... ayssssss

Anduriña said...

¿Te parece poco trabajo ser el marido de la reina?, buff con tanto perro por el palacio, debe de ser un pelín estresante, je je

Una crónica muy simpática y realmente Real ;-)

LA MARU said...

jajaja...si es que cuando te pones simpáticos eres el más simpático. Pero me has dejado intranquila...¿lo de contarle lo que haces en tu trabajo al príncipe Felipe es como lo de plantar un árbol o tener un hijo?¿vale cambiar a este prícipe Felipe por nuestro príncipe Felipe? Es que así aún tendré alguna oportunidad que si no lo veo chungo...

Pilar said...

mira que olvidarsete lo de your royal highness o como sea...!!!!!!! jejeje

Que buena historia... Vosotros dos (eva y tu) contando anecdotas teneis que ser totales no?

mxg said...

...plantar un árbol, tener un hijo, ver Venecia, contar a un príncipe que haces en el trabajo y morir.

mxg said...

...ver el amanecer en un desierto, ver a torear José Tomás, tomarse un cuba libre en La Havana, comer Sushi en Tokyo, ver la capilla sixtina, conducir en un descapotable en la Cote Azur, comer pato chino en Peking, tomarse un té en Darjeeling, bucear en los Maldives....hay mas cosas que se pueden hacer para no aburirse.

Anonymous said...

jajaja, me he partido de risa leyendo la cronica. Es que estar delante del mismisimo Principe Felipe, con la fama que tiene (que si conspiracion contra Lady Di, que si no), como para no ponerse nervioso y olvidarse del alteza real por delante. Jajaja!!!

Nat said...

Te falto eso de escribir un libro, al menos por acá, la lista era:

plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, lo demás, pues bienvenido, pero éstas tres primeras son obligaciones y esenciales para ser un "ser humano" (hombre o mujer) realizado. No se, cosas raras no?
Servirá lo del blog como libro? Que hoy por hoy con esto de la globalización...

Besos

多洛雷斯 said...

Escribir un libro sobre toreros